EL MEJOR DE LOS PECADOS
Publicado en Diario Información el 12 de enero de 2018
ESPERANDO A GODOT
El
mejor de los pecados
Los detuvieron por atentado al
pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En
realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella,
agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
El párrafo que abre este artículo
es un microrrelato de Mario Benedetti llamado Su amor no era sencillo y
que pueden leer en una recopilación de diez cuentos del autor, todos de tema
amoroso, recientemente publicada por la editorial Lumen, bajo el título general
de El mejor de los pecados.
Mario Benedetti fue un escritor
uruguayo que vivió entre 1920 y 2009. Se le considera, con toda justicia, la
figura más destacada de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX,
junto a Juan Carlos Onetti. Asimismo, su contribución fue muy destacada para
colaborar al gran auge que disfrutó la literatura hispanoamericana de su época.
Benedetti atravesó diversas
vicisitudes en su vida, entre las que se encuentra el exilio de su país, como
consecuencia de las dictaduras militares que padeció el Uruguay. Este hecho
tuvo un reflejo evidente en su literatura, que plasma la aflicción de
innumerables sectores sociales por la represión que vivían los pueblos de
América Latina, así como la esperanza de algunos porque fuera el socialismo el
que pusiera fin a esa situación; aunque el propio Benedetti, con su particular
agudeza y fino sentido del humor, afirmara en una ocasión que “En las exequias
y otros lutos, los muertos se mueren otra vez pero de risa, sólo porque
comparan los huesos con los huesos, y con humor proclaman que son todos
iguales. Es el socialismo de los esqueletos.”
No voy a ahondar más en la vida y
obra de Mario Benedetti, pues su producción literaria en verso y prosa, sus ensayos
y sus artículos periodísticos y de crítica literaria componen un corpus que
precisaría, sólo para enumerarlo, de un artículo completo. Si desean iniciarse
en la lectura del insigne uruguayo, cosa que les recomiendo, no tienen más que
acercarse a una librería o biblioteca y elegir una obra suya. No les
defraudará.
Yo me he permitido reproducirles el
cortísimo cuento con el que arranca este artículo por dos motivos: el primero
de índole estrictamente literaria o artística. Me ha parecido un relato de un
ingenio sin parangón. Dos personas que se aman, pero cuyos encuentros resultan
imposibles e inverosímiles, todo ello narrado en tres líneas y con un estilo
exquisito.
El segundo, debo reconocerlo, es
una maldad. Ese amor imposible que describe el relato de Benedetti, me ha
recordado al que se profesan algunas fuerzas políticas que, siendo en principio
poco afines ideológicamente, buscan un lugar común en el que consumar su
lujuria, que se transmuta en este caso en un afán por ostentar el poder a
cualquier precio. Tal es el caso, por ejemplo, de los partidos independentistas
catalanes. Sus planteamientos programáticos, al menos en teoría, deberían ser
divergentes: unos se confiesan democristianos, otros se declaran de izquierdas
y los terceros son, básicamente, antisistema. Pero todos fornican en el umbral
del nacionalismo excluyente.
El pasado lunes, en este mismo
diario, nuestro Alcalde, Carlos González, enumeraba los proyectos del
consistorio para el año que acaba de comenzar. Nuestro primer edil es una persona
educada y culta, así que estoy seguro que conocerá la frase, precisamente de
Benedetti, en la que afirmaba “Tengo la horrible sensación de que pasa el
tiempo y no hago nada, y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz.”
Quizás sea esa frase, o quizás la proximidad de las elecciones, lo que le ha
movido a presentar esos proyectos, entre los que, justo es reconocerlo, hay
algunos muy interesantes.
En sus declaraciones a Información,
el Alcalde destacó, como asuntos prioritarios para 2018 “...la regeneración del
pantano; la peatonalización de la Corredora; el inicio del tercer bloque de
viviendas sociales de San Antón; la construcción del instituto número 11; la
modernización de la planta de residuos; la construcción del depósito de agua en
Arenales y la ampliación del Cementerio Nuevo; la licitación del contrato de
limpieza y de recogida de basura; la conversión del MAHE en un museo de Arte
Ibérico para lograr la cesión temporal de la Dama.”
Nada que objetar, más bien al
contrario a la regeneración del pantano, algo muy necesario, si bien quizás
debería acometerse junto con una actuación integral en el río Vinalopó, en
colaboración con la Confederación Hidrográfica del Júcar, si el objetivo de
Elche Ciudad Verde Europea 2030 es cierto, y no mera propaganda.
La peatonalización de la Corredora
es una apuesta valiente, pues tiene muchos detractores. Cierto es que también
los tuvo en su día la construcción del parking en la calle Poeta Miguel
Hernández, acometida por Diego Maciá, pero el problema aquí es que la
peatonalización de la Corredora venía incluida en el pliego de adjudicación de
la obra del Mercado Central; cabría aclarar, entonces, si una y otra obra son
excluyentes. Como decía, de nuevo, Benedetti “Una cosa es que nos engañen y
otra distinta que nos engañemos.”
Del resto de actuaciones
propuestas, tiempo habrá de ir desgranando y analizando cada una de ellas,
estamos aún en enero y algunas son de tal enjundia que merecen un artículo para
sí mismas, pero sí merece la pena hacer mención a otra afirmación que el
Alcalde realizó en la misma comparecencia sobre “...la necesidad de que durante
este año haya estabilidad y cohesión política entre el equipo de gobierno, con
la intención de generar confianza de cara a la población.”
No sé a ustedes, pero a mí me da la
impresión de que el PSOE y Compromís, en muchos asuntos (el Mercado Central, el
Plan de Acción Territorial, la educación...) se encuentran como los amantes del
cuento de Benedetti: el uno con claustrofobia, el otro con agorafobia. Espero, por
pudor y por el bien de Elche, que encuentren un espacio adecuado para fornicar,
políticamente hablando claro, más allá de los umbrales.
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