DAMNATIO MEMORIAE

PUBLICADO EN DIARIO INFORMACIÓN EL 7 DE FEBRERO DE 2020


ESPERANDO A GODOT

Damnatio memoriae

El viernes de la semana pasada estuve comiendo en un popular establecimiento de Elche, cercano al mal llamado Mercado Provisional, pues parece que va a ser el definitivo, con tres excelentes personas, dos hombres y una mujer, a los que tengo el honor de contar entre mis amigos. La comida tuvo como pretexto el encuentro con uno de ellos, al que hacía tiempo que no veíamos a causa de una enfermedad, y al que echábamos mucho de menos.

Como pueden suponer, la conversación giró enseguida hacia el estado de nuestra ciudad. Los tres son de Elche y comparten una aguda inteligencia, un gran sentido común, la experiencia de la edad y una perspicacia sin parangón. La disección de la realidad que llevaron a cabo costaría miles de euros si se encargara a cualquier consultora privada y la conclusión no pudo ser más elocuente ni menos terrible: Elche se muere y nadie va a hacer nada hasta que el deceso no se consume y se certifique.

De hecho, uno de los tres comensales, una persona que, por su actividad profesional y por su gran inquietud cultural y ciudadana, conoce mejor que nadie muchos aspectos sobre el urbanismo, la cultura y la historia de Elche, pronunció una frase lapidaria: “Tenemos que tocar fondo para empezar a salir de esta situación.”

Claro que cuando uno se está hundiendo, al tocar fondo necesita dar una fuerte patada contra el suelo y nadar hacia la superficie a una buena velocidad. De lo contrario acabaría ahogándose sin remedio. La cuestión en Elche es quién o quiénes nos van a dar ese impulso en la dirección adecuada para que no nos quedemos anclados en el fondo para siempre y de forma indefectible.

Por desgracia, en los últimos días hemos podido leer en la prensa un claro ejemplo que puede explicar de una manera diáfana la tesis que les estoy intentando exponer: la desaparición de Elche del mapa ferroviario. A estas alturas ya nadie niega que el AVE para Elche y Alicante debería haber tenido una única parada en el aeropuerto. Ahora el mal ya está hecho, tanto para una ciudad como para la otra: Elche con un apeadero insignificante, mal comunicado y a ocho kilómetros de la ciudad; Alicante con una estación en el centro de la ciudad, pero ubicada en un fondo de saco que colapsa el tráfico e impide la expansión urbanística de la mejor zona de la ciudad.

Sin embargo, nuestro Alcalde sigue empecinado en la idea de que el apeadero de Matola se va a convertir en un referente para nuestra comarca y la Vega Baja y en un motor que dé impulso a nuestra economía. Pero la realidad es muy tozuda y las recientes informaciones a las que hacía referencia demuestran justo lo contrario. Según esas informaciones el Ministerio de Fomento mantiene la fecha para la puesta en marcha de la línea de alta velocidad con apeadero en Matola para 2020 (aunque dijo lo mismo en 2019 y 2018), pero con un servicio que hará parada en Alicante, tanto el trayecto de ida a Madrid como en el de vuelta, con la consiguiente ralentización de esos trenes.

Esta medida se califica de provisional en tanto se finalizan las obras de soterramiento para la entrada del AVE en Murcia; pero muchos pensamos y llevamos tiempo diciendo que esto ocurriría. Los trenes harán el trayecto entre Murcia y Alicante por la variante de Monforte y los ilicitanos que quieran ir a Orihuela o a Murcia tendrán que coger el vetusto cercanías que para en Elche y hacer un trasbordo en San Isidro, hasta donde llegarán los cercanías nuevos desde Murcia, compartiendo plataforma con el AVE. Nada se dice, entre tanto, de la imprescindible conexión de las estaciones de Elche Parque y Elche Carrús con la estación de Matola y con el aeropuerto.

Ante tamaño despropósito nos podríamos preguntar lo mismo que Antonio Rodes (portavoz municipal del PSOE entre 2011 y 2015) en un artículo publicado en este mismo diario el 27 de diciembre de 2009, precisamente sobre el tema de la llegada de la alta velocidad a Elche: “...en los próximos días la batalla se librará. En la mesa estarán los intereses de Elche y nadie habrá allí para defenderlos. Alguien debería hacerse oír. Un pueblo que es incapaz de luchar por su futuro es un pueblo condenado a repetir permanentemente su pasado.”

¿Quién defenderá en esta ocasión los intereses de Elche? El Alcalde ha pedido una reunión al Ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Ignoro si esa reunión se celebrará en un avión, en la zona de tránsito o en la sala VIP de Barajas, como la que el ínclito Ministro sostuvo con Delcy Rodríguez. Lo que sí sé, dados los precedentes, es cual va a ser el resultado de la reunión: ninguno.

A este paso, el equipo de gobierno municipal, y la oposición también por no ejercer su tarea con la solvencia necesaria, pasarán a la historia de la ciudad en sus páginas más oscuras. Aunque dada la pésima situación que van a legar a las generaciones futuras, yo  les condenaría a la damnatio memoriae, como se hacía en la Antigua Roma con los gobernantes nefastos. La damnatio memoriae consistía en la eliminación de todo rastro de la existencia de los personajes de la clase dirigente romana que, en el ejercicio de sus funciones, hubieran incurrido en graves atentados. Si quieren conocer más sobre ese castigo, pueden leer el libro de Carlos Crespo Pérez, titulado La condenación al olvido (damnatio memoriae), publicado por Signifer Libros en 2014.


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