Esperpento
Daniel McEvoy 17.11.2017 | 02:56El Diccionario de la Real Academia Española ofrece tres definiciones para el término esperpento: «Persona, cosa o situación grotescas o estrafalarias; concepción literaria creada por Ramón María del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos; obra literaria acorde con el esperpento».
Fue, en efecto, D. Ramón María del Valle-Inclán (1886-1936) quien introdujo el término a través de su más conocida creación, Luces de Bohemia. Publicada en su formato definitivo en 1924, la obra retrata el estado de degradación del sistema político nacido en 1875 con la Restauración, un sistema que duró más de cincuenta años y que se caracterizaba por la alternancia pacífica en el poder de los dos partidos mayoritarios, el liberal y el conservador. Se trataba de un régimen que acabó produciendo un sistema corrupto y caciquil y que, a la postre, desembocó en el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923 y la proclamación de la II República en 1931.
La aparición del esperpento como concepto estético aparece, por primera vez, en la escena XII de Luces de Bohemia, en una conversación entre jocosa y seria que entablan dos personajes de la obra, un poeta ciego, Max Estrella, y su lazarillo, Latino de Hispalis, que deambulan por las calles de Madrid.
Para explicar de una forma plástica el término, Valle-Inclán apela a la imagen de los espejos cóncavos del Callejón del Gato, en alusión a un popular local comercial de la madrileña calle Álvarez Gato, próxima al antiguo teatro del Príncipe, que lucía en su fachada estos espejos deformantes. Los espejos cóncavos son capaces de transformar en absurdas las imágenes más bellas. Valle invita a pasearse ante ellos a los héroes clásicos, que instantáneamente se convierten en figuras risibles, caricaturas de sí mismos: Juanito Ventolera, el protagonista de Las Galas del Difunto, se inspira en el mito de don Juan; don Friolera, de Los Cuernos de don Friolera, representa el honor calderoniano y al celoso Otelo; Max Estrella evoca al mismísimo Homero. Todos han perdido su original grandeza, porque el autor, al enfocarlos, ha cambiado su perspectiva.
Hoy en día, no es necesario poner frente a la realidad un espejo cóncavo para deformarla; más bien al contrario, en ocasiones desearíamos tener unas lentes que obraran el milagro opuesto y enfocaran los esperpentos cotidianos, transformándolos en imágenes un poco más acordes con la ética, la estética o, simple y llanamente, el buen gusto y la urbanidad, términos que a algunos les parecerán carpetovetónicos, pero que muchos nos gustaría que fueran la referencia en la sociedad.
Desde luego, no hace falta irse muy lejos para encontrar esperpentos, en el sentido valleinclanesco del término. A veces, basta con navegar por las redes sociales para encontrar multitud de ejemplos. Son muchos los que, animados por el valor que infunde manifestar sus opiniones sin ver a su interlocutor cara a cara, vierten sapos y culebras o, directamente, hacen el ridículo con sus comentarios o sus difusiones en internet.
De cualquier forma, todo el mundo es libre de expresar sus opiniones, incluso de ponerse en evidencia si le place, siempre y cuando se respeten las normas de cortesía y buen gusto que, como decía antes, por desgracia han caído en desuso. Cada cual es dueño de sus actos, no seré yo quien lo critique ni lo censure. Ahora bien, cuando quien produce un esperpento es una Administración pública, y lo hace con el dinero de todos, creo que estamos en nuestro derecho de hacerlo.
Tal es el caso del vídeo que el Ayuntamiento de Elche ha lanzado para promover la difusión entre la ciudadanía de los presupuestos participativos en el que, como el propio Consistorio nos anuncia, « Xavi Castillo, de Pot de Plom, va explicarte la participación como nunca antes te la habían explicado». Debo reconocer que nunca antes una Administración pública había dicho una verdad tan grande.
Por supuesto, lo que les relato es mi opinión, cada uno tiene sus gustos y habrá a quien le encante el anuncio; pero la afirmación del propio grupo teatral que protagoniza el vídeo en su página web de que «? molts ajuntaments del nostre país han canviat de color polític, cosa que ha facilitat que la companyia Pot de Plom puga tornar a treballar a teatres i pobles on havia estat vetat. Pensem que aquesta censura mai s'hauria d'haver produït...», me genera una gran zozobra y no pocas dudas.
En cualquier caso, dado que el concejal del área de Asociacionismo, Participación y Órganos Municipales pertenece a un grupo político que, según parece, tiene la misma concepción de país que el ínclito Xavier Castillo, probablemente comparta también los mismos paradigmas estéticos. De hecho, si mi fuente de información es correcta, el mismo grupo teatral ha firmado un contrato con la nueva radio televisión valenciana por un montante de 440.00 euros.
Hago mía la preocupación del señor Castillo por la censura, aunque me niego a creer que exista en «nuestro país», que para mí es España. Ahora bien, no me pidan que comparta sus postulados artísticos. Eso ya es cuestión de gustos y ni la política ni la censura tienen nada que ver con ello.
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