QUI IN GLADIO OCCIDERIT

Publicado en Diario Información el 25 de junio de 2022


Esperando a Godot

 

Qui in gladio occiderit

 

Hace pocas semanas, en esta misma sección, comentaba que, independientemente de las creencias de cada uno, es bueno tener una mínima formación religiosa para poder comprender la génesis judeocristiana de nuestra civilización; del mismo modo, hay que conocer y leer a los autores clásicos griegos y latinos, así como conocer la historia y las costumbres de la antigua Roma, que también ha dejado una huella indeleble en las sociedades occidentales. Baste citar como ejemplo nuestro sistema jurídico, especialmente en materia civil, que es un calco exacto del derecho romano.

 

Sin duda, la ya ex vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, por su formación como licenciada en derecho, estaría de acuerdo con lo que acabo de decir. Lamentablemente, me temo que ahí terminan nuestras coincidencias, incluso en materia jurídica. Yo, siendo lego, aunque por mi trabajo domino bastante el derecho administrativo, comprendo algunos conceptos de primero de derecho, como la presunción de inocencia o las garantías procedimentales que asisten a los imputados, investigados es el término correcto ahora, pero que ella no había interiorizado hasta que ha sufrido en carne propia la presión que otrora ejerció sobre los demás.

 

Qui in gladio occiderit, gladio peribit, expresión en latín equivalente a nuestro “Quien a hierro mata a hierro muere” aparece en la Biblia, Evangelio según San Mateo (Capítulo 26, versículos 51-52), en boca de Jesús, como contraposición manifiesta a otra frase, también de la Biblia, pero del Antiguo Testamento, proveniente de la ley judaica del Talión “Ojo por ojo, diente por diente”. Créanme que soy sincero si les digo que, a pesar de considerarme en las antípodas ideológicas de la Sra. Oltra, le deseo lo mejor para ella y para todos: justicia.

 

En cualquier caso, sin entrar en la sórdida génesis del asunto, pues se trata de una materia muy grave y extremadamente delicada, éste es digno de análisis por la forma en que se ha desarrollado desde el momento en que Mónica Oltra fue citada a declarar como imputada, hasta el último episodio, de momento, de su dimisión el pasado martes. En mi opinión, tres han sido los momentos claves para que la historia llegara a ese desenlace: la rueda de prensa de la vicepresidenta el viernes, 17 de junio, la fiesta de Compromís, bailes incluidos, del día siguiente, y las elecciones autonómicas de Andalucía del domingo pasado.

 

La rueda de prensa representó el principio del fin. Una persona que ha acosado a otras de forma inmisericorde hasta hacerles perder todo su crédito político y personal, personas imputadas en su momento, como ella, que después fueron absueltas, como le pude suceder a ella, o no, ha de mostrar una coherencia con su trayectoria. La Oltra vicepresidenta se negó a escuchar a la Oltra del pasado y se aferró al sillón, con un discurso prepotente y acusando a la justicia y a los medios de comunicación de orquestar una campaña en su contra. Una táctica diabólica pues, si finalmente es absuelta, será ella la meritoria, pero si es condenada, seguirá amparándose en una supuesta confabulación de la ultraderecha.

 

La fiesta del sábado pasado creo que no merece más comentario que la vergüenza de que la Comunidad Valenciana abriera todos los noticieros de ámbito nacional con esos bailes rituales, enloquecidos. El problema para Oltra y los suyos es que parece ser que Ximo Puig no es tan aficionado a la danza como su conmilitón Miquel Iceta. Bueno, eso y que los que brincaban junto a ella en ese espectáculo lamentable han sido los que finalmente han forzado su dimisión para no perder sus sueldos.

 

Pero, lo que finalmente ha precipitado la caída de Mónica Oltra ha sido lo acontecido en Andalucía el pasado domingo. Los magníficos resultados de la derecha, con especial mención al Partido Popular que literalmente arrasó, además en un feudo tradicional de la izquierda, han movido al PSOE, especialmente a los que llaman los periodistas “los barones”, a una profunda reflexión. Si los socialistas hubieran ganado esas autonómicas, Puig habría aguantado el tirón, pero ante la evidencia de las urnas tenía que actuar con premura. Dos eran sus opciones: destituir a Oltra, romper el Botànic y convocar elecciones antes de que la sangría de votos de la izquierda vaya a más; o forzar su salida “voluntaria”, sabiendo que sus compañeros estarían dispuestos a sacrificar a su carismática lideresa con tal de no dejar sus cargos y prebendas, como ha ocurrido.

 

Mientras tanto, en el “poble d’Elx” siguen proliferando los carriles bici. Que no digo yo que sea malo, sólo que se deberían estudiar y planificar mejor. A mí me encanta la bicicleta, me podrán ver alguna tarde dándole al pedal, pero también uso el coche por obligación y Elche está imposible. Claro que, como ahora Compromís no se podrá presentar a las municipales con el marchamo de superioridad moral que esgrimía, tendrán que hacer muchos kilómetros de carril bici para que alguien les vote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 DEL PUENTE A LA ALAMENDA Publicado en Diario Información el 8 de julio de 2023 Esperando a Godot   Del puente a la alameda   ...