SAN RAMÓN NONATO

Publicado en Diario Información el 4 de junio de 2022

Esperando a Godot

 

San Ramón Nonato


Oh glorioso san Ramón Nonato, santo de mi devoción, de noble corazón que por predicar la palabra de Dios tus enemigos te impusieron como cruel martirio llevar un candado en la boca prendido, escucha, te ruego de corazón, mi sincera oración e intercede con ardor ante Dios Padre de misericordia para que mis enemigos y quienes hablan mal de mí, quienes me difaman, intrigan y no dicen la verdad, cesen en su intento y yo sea apartado a siempre de toda palabra, acción e intención mala y dañina.

 

Las palabras recogidas en el párrafo anterior representan una oración dirigida a un santo de la Iglesia católica cuya historia siempre me ha parecido interesante y que les relato a continuación como curiosidad. Ramón nació en Cardona, antigua Corona de Aragón, en 1204. El epíteto nonato que siempre sigue a su nombre lo ganó el mismo día en que vino al mundo; su madre murió antes del alumbramiento y hubo de ser extraído de su vientre mediante la técnica quirúrgica que hoy en día llamaríamos una cesárea. Por ese motivo, este santo siempre ha sido abogado de parturientas, comadronas y recién nacidos.

 

Ya de adulto, Ramón tomó los hábitos de la Orden de los Mercedarios, y dedicó gran parte de su vida a predicar el cristianismo en tierras africanas. Fue allí precisamente donde acaeció que los habitantes de aquellas tierras, no muy partidarios al parecer de la labor proselitista de la fe del santo, molestos por el gran número de conversos que estaba captando, le sometieron a una tortura que consistió en perforarle los labios con un hierro candente y sellárselos con un candado para que cejara en su empeño. Por eso, al beato varón, como en la oración que les he transcrito, también se le pide para evitar las habladurías y las lenguas viperinas.

 

No soy una persona especialmente religiosa, pero siempre he defendido que los niños y jóvenes deberían conocer la religión cristiana y católica por ser parte de nuestro acervo cultural y de los valores en los que se fundamenta nuestra sociedad, heredera de una tradición judeocristiana a la que no podemos renunciar. Conocer la hagiografía, desde un punto de vista totalmente aséptico en lo doctrinal nos permite, por ejemplo, contemplar el interior de una catedral y reconocer las imágenes de los santos por sus atributos: San Antonio de Padua (13 de junio, no se pierdan las fiestas de La Hoya este mes) porta un niño en brazos; San Francisco de Asís (patrón de La Marina), escapulario, cíngulo y estigmas en sus manos; San Lorenzo, uno de mis favoritos por la famosa jota de picadillo que algún día les contaré, una parrilla, por citar tres ejemplos.

 

Sea como fuere, esta mañana he oído unas declaraciones en la radio que me han movido a pensar, que San Ramón me perdone, que lo de atravesar los labios con un hierro candente y sellarlos con un candado, debería aplicarse a algunos políticos, por la forma y por el fondo de sus declaraciones. Las palabras concretas que me enervaron de esta forma camino de mi puesto de trabajo fueron pronunciadas por la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, y se las transcribo literalmente (he buscado el podcast, por si lo había oído mal la primera vez): “Como saben, creo todos y todas ustedes, ayer tuve que practicarme unas pruebas médicas y éste es el motivo por el que ausenté mi presencia.  De aquí en adelante, en cuanto conozcamos nuestras agendas les informaremos, como hacemos rigurosamente todos los días.”

 

Un análisis sintáctico de la primera oración nos lleva a la conclusión de que la señora vicepresidenta hace gala de un uso del español manifiestamente mejorable. En primer lugar, utiliza la absurda moda de desdoblar el lenguaje, moda totalmente opuesta a la morfología de nuestro idioma. En segundo lugar, indica que tuvo que practicarse unas pruebas médicas, lo cual me lleva a pensar que, o bien Yolanda Díaz es licenciada en medicina, o que quería decir que tuvo que “someterse” a unas pruebas médicas, con lo que su dominio del léxico también queda en entredicho. Desde el punto de vista de la pragmática textual, su discurso también adolece de graves deficiencias: comienza con un “como saben ustedes”, mostrándose condescendiente con sus interlocutores, y termina con una contradicción, pues si nos va a informar de su agenda “de aquí en adelante”, es que no lo estaba haciendo “rigurosamente todos los días”.

 

Sin embargo, lo más grave del caso radica en que el acto del que la vicepresidenta del Gobierno “ausentó” su presencia, fue el que conmemoraba el cuadragésimo aniversario de la adhesión de España a la OTAN. No sé cómo andará doña Yolanda de hagiografía, pero me temo que pensará que San Ramón Nonato fue una especie de protomártir de las cruzadas contra la OTAN, por sus siglas en inglés: NATO.

 

El espectáculo que el Gobierno está dando con una parte de sus ministros boicoteando una cumbre que se celebra en España es lamentable. Todos hemos sido idealistas de jóvenes, queríamos la paz en el mundo, la igualdad y todo eso; pero a estas alturas del siglo XXI ese comunismo de papel cuché es absolutamente ridículo. El fantasma del comunismo, que decía Karl Marx, se ha convertido en un virus. Pero no se preocupen, existe una vacuna muy poderosa: leer y viajar.


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