13 RUE DEL PERCEBE
Publicado en Diario Información el 26 de febrero de 2022
ESPERANDO A GODOT
13 Rue del Percebe
En un artículo publicado en esta misma sección el 20 de abril de 2018 (víd. Esperando a Godot, Bar Baridad), reflexionábamos sobre la disputa existente entre los críticos literarios respecto a la consideración, o no, del cómic como un género literario independiente, con el resultado de que, tras leer algunos ensayos sobre el asunto, habíamos llegado a la conclusión de que reputados expertos en la materia, como Northrop Frye o Umberto Eco, habían concluido que sí lo es.
Aquella disquisición dio pie a una serie de comparaciones entre algunos cómics, o tebeos como eran conocidos desde siempre, muy en especial los del insigne Francisco Ibáñez, y la actualidad local. Por aquel entonces, los personajes que salieron a colación fueron los celebérrimos Mortadelo y Filemón, junto a sus compañeros de viñetas el Superintendente Vicente, la señorita Ofelia o el Profesor Bacterio.
Los acontecimientos vividos en Génova 13, sede nacional del Partido Popular, en los últimos días, me han traído a la mente otro de esos tebeos, precisamente aquél que habla del número 13 de una calle, no de Génova, sino de la Rue del Percebe. Se podrá discutir sobre la idoneidad o no del liderazgo de Pablo Casado para llevar a la derecha a una victoria electoral sobre el “sanchismo” y el populismo de izquierdas; seguramente no reunía el perfil adecuado para lograrlo. Pero lo que es innegable es que episodios como los que hemos presenciado nos muestran con toda crudeza la miseria de la política, que no es otra que la miseria de la condición humana destilada en dosis letales.
Al final, todo lo sucedido ha recorrido, desde el punto de vista literario, todo el espectro de lo cómico, a lo tragicómico, para acabar siendo directamente trágico. Basta con fijarse en el que es considerado el mejor dramaturgo de todos los tiempos (sin desmerecer a los clásicos ni, por supuesto, a los autores españoles del Siglo de Oro): William Shakespeare. Los héroes de las tragedias shakespearianas siempre tienen una debilidad que precipita su caída, aunque esa caída, que es más dura y dramática cuanto más alta es la posición del protagonista, también viene propiciada por una serie de factores internos y externos, entre los que suele destacar la participación de personajes arteros y manipuladores que terminan precipitándolo al abismo de su desgracia.
En el caso que nos ocupa, de las diez tragedias que se atribuyen al bardo inmortal, la que más se asemeja al guion de la crisis del PP es Julio César. Aunque su trama es de sobra conocida, en esta obra Shakespeare relata el asesinato de César a manos de sus más leales amigos y consejeros, quienes ponen como pretexto su temor de que se esté convirtiendo en un tirano, aunque el trasfondo real es una lucha por el poder en la que Casio quiere prevalecer. Casio convence hasta al mejor amigo de César, Bruto, para que participe en la conjura que desembocará en el magnicidio; pero, tras comprobar la futilidad de su acción, Casio y Bruto se enzarzan en una lucha entre ellos que terminará con la muerte de este último, enterrado con todos los honores por orden del nuevo emperador Octavio.
En innumerables ocasiones, creo que la última vez fue la semana pasada, les he intentado trasmitir que el hombre no ha cambiado prácticamente nada en miles de años. El magnífico relato de unos hechos históricos acaecidos en los idus de marzo (día 15) del año 44 a. C. realizado por William Shakespeare refuerza mi tesis. Si comparan la breve sinopsis de la tragedia que les he expuesto en el párrafo anterior con el asesinato político de Pablo Casado a manos de los que pocas horas antes le juraban lealtad y fidelidad eterna, comprobarán que la similitud en el comportamiento de unos y otros es asombrosa.
En clave local, parece ser que todo este tsunami no ha tenido graves consecuencias, pero como ocurre durante esos fenómenos naturales, los efectos devastadores comienzan en el epicentro del terremoto, pero sus consecuencias pueden llegar a asolar, en forma de ola gigante, costas que parecían demasiado remotas y resguardadas para verse afectadas. A nadie se le escapa la cercanía de Pablo Ruz a su tocayo Casado; bien es cierto que, del mismo modo que muchos, Almeida es un caso paradigmático, se están quitando de en medio, en Elche también lo harán y aclamarán al nuevo líder, presumiblemente Feijóo, que surja del congreso extraordinario del partido.
Ruz derrotó en buena lid a Mercedes Alonso en la asamblea local del PP de julio de 2017 y acaba de revalidar su cargo de presidente local sin oposición alguna, por lo que, independientemente de los movimientos que se den en Madrid, su posición es firme. Pero no contar con un respaldo inequívoco de “arriba” le puede acarrear varios problemas. El más inmediato una menor libertad a la hora de elaborar las listas para los próximos comicios locales. Problema que tendrá una importancia relativa para él si gana esas elecciones. Pero ¿y si las pierde?
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