DO YOU SPEAK ENGLISH?
Publicado en Diario Información el 11 de marzo de 2023
Esperando
a Godot
Do you speak English?
El pasado miércoles el Club Rotary Illice me hizo el
gran honor de invitarme para participar en su reunión semanal. En una sociedad
como la española en la que, como dijo Antonio Machado, “De diez cabezas,
nueve embisten y una piensa”, siempre es un placer poder conversar e
intercambiar ideas con personas que se encuentran entre el diez por ciento que
se decanta por el pensamiento y la solidaridad, frente a los que se “descuernan
luchando por la idea”, siguiendo con la cita machadiana.
Durante las dos horas largas que duró el encuentro
tuvimos ocasión de hablar del pasado reciente de Elche y sus posibilidades de
futuro, que son muchas, un poco sobre la situación política local y autonómica
y sobre todo de educación. En ese punto me quedé con cierto regusto amargo,
porque todos expresamos opiniones bastante pesimistas, incluido yo, que por
razón de mi trabajo como Inspector de Educación quizás debería haberme mostrado
más esperanzado sobre el futuro de la instrucción de nuestros niños y jóvenes.
El presente, ante la zozobra que provocan los constantes cambios legislativos
en materia de educación, no es muy halagüeño, pero confiemos en que este orden
de cosas cambie en un futuro no muy lejano.
Una de las opiniones que se vertieron y que era absolutamente
pertinente fue sobre el fracaso de nuestro sistema educativo en conseguir que
la población en general tenga un buen dominio del inglés, hecho que me resulta
especialmente frustrante por la parte que me toca, puesto que mi carrera
profesional comenzó y se desarrolló durante muchos años en el ámbito de la
enseñanza de ese idioma. Efectivamente, España tiene uno de los niveles de
conocimiento de inglés más bajos de los países de nuestro entorno.
Según cifras facilitadas por Eurostat, el 46% de los
españoles en las edades comprendidas entre 25 y 64 años son incapaces de hablar
un idioma extranjero, en comparación con el 31% de Portugal, el 33% de Grecia o
el 34% de Italia. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre las posibles causas
de este retraso. Unos lo achacan al tamaño del país, a su relativamente bajo
producto interior bruto y al gran número de personas que hablan español en el
mundo. Yo no creo que esas sean las causas pues, a pesar de ser un gran país,
el sector exterior tiene un peso económico considerable, nuestro producto
interior bruto está entre los mayores del mundo y, a pesar de compartir idioma
con gran parte de América, nuestras relaciones comerciales y culturales son más
estrechas con los países europeos.
Sí es cierto que otros países más pequeños, como
Portugal, Grecia y Holanda tienen unas tasas de dominio del inglés muy
superiores a la nuestra, pero quizás en ese hecho influyan más cuestiones
culturales, como sus sistemas educativos o el hecho de que no sea tan habitual
el doblaje a sus idiomas respectivos de películas y series, que el propio
tamaño de esas naciones.
En cualquier caso, como decía anteriormente al hablar
de la educación en España, hay motivos para la esperanza. Estudios recientes
realizados entre los más jóvenes han demostrado que entre los estudiantes
madrileños de quince años el tanto por ciento de ellos capaces de alcanzar un
nivel B de inglés es del 72’5%; entre los catalanes de la misma edad esa cifra
sería del 66%. (Ese nivel B se refiere al que establece el Marco Común Europeo
de Referencia para las lenguas (MCER), que es el estándar internacional que
define la competencia lingüística. Se utiliza en todo el mundo para definir las
destrezas lingüísticas de los estudiantes en una escala de niveles desde un A1,
nivel básico, hasta un C2, dominio excepcional. Un nivel B1 o B2 es el que
poseen aquéllos con un nivel intermedio o intermedio alto de un idioma y que
son capaces de comunicarse con la fluidez necesaria sin esfuerzos con los
hablantes nativos).
Además, el actual presidente del Gobierno es el
primero de nuestra historia con un dominio fluido del inglés. Por su edad él ya
pertenece a una generación que estudió a partir de 1972. Hasta esa fecha, en
los colegios españoles el idioma extranjero mayoritario era el francés. Ahora
el inglés es prácticamente hegemónico. Lo calamitoso es que Pedro Sánchez
utilice sus habilidades en cualquier lengua más para embestir que para pensar.
El otro día, por ejemplo, en vez de ausentarse del Congreso de los Diputados
durante el debate sobre la reforma de la llamada “Ley del sólo sí es sí”,
podía haber acudido a defender su postura. Esa ausencia, por cierto, a
cualquier otro diputado le habría costado una sanción disciplinaria y económica
por parte de su grupo. ¿Se la aplicarán a él?
En el ámbito local, desconozco la competencia
lingüística de nuestro alcalde en otros idiomas distintos del español (ni creo
que sea un hecho relevante para el desempeño de su cargo), pero a la vista del
panorama que puede devenir tras las elecciones del 28 de mayo, creo que debería
ir aprendiendo valenciano.
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