LA ESPAÑOLA INGLESA
Publicado en Diario Información el 17 de septiembre de 2022
Esperando
a Godot
La española inglesa
Hoy retomamos la senda de lo que fue el leitmotiv de
esta columna semanal durante los cuatro primeros años y pico de su andadura: la
literatura. No cualquier tipo de literatura, sino de la buena, de la mejor, de
la sublime si me lo permiten pues, en esta ocasión, quiero hablarles de una de
las Novelas ejemplares, del mejor escritor, al menos del mejor novelista,
que el mundo haya contemplado: Miguel de Cervantes.
Las Novelas ejemplares son una colección de
historias cortas, escritas entre 1590 y 1612 y publicadas en 1613. Su difusión
se produjo inmediatamente después de la de la primera parte del Quijote y
resultaron ser más populares que éste en su día. Sus temas varían de lo
picaresco a lo satírico, desafiando los convencionalismos de la novela
caballeresca heroica mediante una medida combinación de ironía cómica,
ambigüedad moral, realismo y puro sentido del humor.
Una de esas historias es la que da título a este
artículo: La española inglesa. Este relato nos narra la historia del
rapto de Isabela, una niña de sólo siete años, por los ingleses durante la toma
de Cádiz y su traslado a Londres como parte del botín. La trama deviene en una
historia de amor, que no les voy a contar por si aún no han leído las Novelas
ejemplares, porque si no lo han hecho, les insto a que lo hagan de
inmediato. No se arrepentirán.
En cualquier caso, no es el argumento de esta novela
ejemplar lo que viene al caso, sino su contexto histórico, que influye
notablemente en su desarrollo. De hecho, Cervantes trae a colación ciertos
aspectos del reinado de la monarca inglesa Isabel I (1558-1603) aunque,
contrariamente a lo que se podría pensar de un escritor católico y español, sin
destacar aspectos negativos de su reinado, como la represión feroz de los
católicos del norte de Inglaterra, o el cruel ajusticiamiento de María
Estuardo, Reina de los escoceses, sino que nos ofrece un retrato bastante
amable de Isabel.
Los mecanismos de la mente que nos llevan a asociar
ideas son complejos; quizás por eso me ha venido a la mente esta novela, en la
que aparece Isabel I de Inglaterra, por la machacona insistencia con la que los
medios de comunicación, especialmente la televisión, están trasmitiendo, en
directo y prácticamente minuto a minuto, la larga serie de actos que
constituyen las exequias fúnebres de Isabel II del Reino Unido, soberana de las
naciones de la Commonwealth y cabeza de la Iglesia de Inglaterra (si se fijan
en el reverso de una moneda inglesa, podrán ver que lleva la inscripción Elizabeth
II, D.G. Regina F.D. abreviaturas en latín de Dei Gratia Regina Fidei
Defensor, es decir, Isabel II, Reina por la Gracia de Dios y Defensora de
la Fe).
Es curiosa la fascinación que parece ejercer sobre
nosotros la difunta monarca británica, sobre todo si lo comparamos con el
desdén con el que muchas veces se trata en España a nuestra familia real. Emulando
al replicante Roy Batty en el monólogo final de Blade Runner, cuando
decía “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas
más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta
de Tannhäuser”, yo he visto a la prensa española de izquierdas,
incluida la Sexta, alabar de forma desmedida a la familia real británica,
mientras cuestionaban la presencia de don Juan Carlos, familiar directo de
Isabel II, en el funeral de estado que se va a celebrar el lunes.
Sea como fuere, y como se suele decir, a rey muerto,
rey puesto. Precisamente en Elche los partidos políticos están a eso, a elegir
candidatos para suceder, o aspirar a hacerlo, a Carlos González. Empezando de
menor a mayor representación de los partidos que forman parte del consistorio,
tenemos a Ciudadanos, formación que en nuestra ciudad es un clan familiar del
que no vale la pena hacer comentario alguno, puesto que es presumible que esa
formación desaparezca del mapa político ilicitano. A continuación, tenemos a
Compromís, que a lo máximo que puede aspirar es a intentar volver a tener la
llave del Gobierno municipal para convertirse de nuevo en bisagra, o en muleta
como ha ocurrido estos ocho años, del PSOE. VOX es una incógnita, puesto que, a
pesar de la fuerza que ha adquirido en el panorama nacional, aunque algo
mermado tras las elecciones andaluzas, en Elche no termina de cuajar ni tiene
un candidato capaz de concitar adhesiones.
Con lo que los dos únicos partidos con posibilidades
reales de alzarse con la alcaldía son PP y PSOE. El PP hace mucho que tiene su
candidato definido en la persona de Pablo Ruz. En el PSOE Carlos González va a
suceder a Carlos González; no es un juego de palabras esto último, pero sí es
una paradoja, propiciada por la inexistencia de otra figura dentro del partido
que pudiera afrontar esta contienda electoral con garantías de éxito. De modo
que, en mayo del próximo año tendremos que elegir entre continuar con la Reina
o dejar que gobierne el Príncipe de Gales. Lo que sí es seguro es que
asistiremos al entierro político de aquél de ellos que pierda las elecciones. Sic
transit gloria mundi!
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