MY FUNNY VALENTINE
Publicado en Diario Información el 12 de febrero de 20222
ESPERANDO A GODOT
My Funny Valentine
El próximo lunes, 14 de febrero, se celebra San Valentín. Muchos piensan que esta festividad tiene un origen estrictamente comercial, como acicate al consumo en un mes que, tras la consabida cuesta de enero, suele ser bastante pobre en el balance de la cuenta de resultados de establecimientos minoristas y negocios de hostelería.
Concediendo que su significado actual vaya en la línea de lo anteriormente expuesto, no es menos cierto que esta fiesta hunde sus raíces en lo más profundo de nuestra civilización. De hecho, se piensa que San Valentín tiene su germen en las celebraciones romanas de las Lupercales, o Lupercalia. Estos ritos se celebraban anualmente, entre el 13 y el 15 de febrero, organizados por un grupo de sacerdotes conocidos como Lupercos. Sus orígenes son inciertos, aunque resulta evidente que su nombre proviene de la voz latina lupus (lobo), por lo que se piensa que estaba relacionada con un antiguo dios protector de los rebaños o, quizás, con la loba legendaria que amamantó a Rómulo y Remo.
Ese origen apegado a la actividad del pastoreo hizo que los ritos celebrados también estuvieran íntimamente relacionados con la fecundidad y el dios Fauno. Cada Lupercalia daba comienzo con el sacrificio de varias cabras y un perro; tras ello, dos de los Lupercos eran conducidos ante el ara y ungidos en la frente con un chuchillo empapado en la sangre de los animales. Después, los sacerdotes cortaban correas de la piel de las cabras y corrían hacia la colina Palatina, golpeando con ellas a todas las mujeres que se encontraban a su paso, lo que se suponía que les otorgaba fertilidad. Se cuenta también que se celebraban sorteos en los que se emparejaban hombres y mujeres al azar.
Pero, a finales del siglo V, el Papa Gelasio I prohibió esta divertida y lujuriosa fiesta pagana para sustituirla por otra más aburrida y casta, la de San Valentín; aunque no está claro si fue así realmente, puesto que existen varios mártires cristianos llamados Valentín. En cualquier caso, la versión más plausible es la que atribuye la figura del San Valentín que celebramos a la del obispo de Terni, ajusticiado por el emperador Claudio II en el año 270. Cuenta la leyenda que San Valentín, desafiando las órdenes del emperador, casó en secreto a muchas parejas para evitar a los maridos tener que acudir a la guerra y que, por este motivo, su onomástica se identifica con el día del amor.
Sin embargo, los famosos mensajes de San Valentín que hoy conocemos, heredados de las costumbres anglosajonas, no aparecieron hasta el siglo XVI; y las tarjetas comerciales de felicitación impresas tiene su origen en el siglo XVIII. Esas tarjetas normalmente representan a Cupido, el dios romano del amor, y corazones, como el órgano en que se supone que reside el amor, y se intercambian entre los amantes, junto con regalos de todo tipo, en especial flores y bombones.
Dado que yo, como les he repetido hasta la saciedad en numerosas ocasiones, soy un gran amante de nuestro pasado y nuestro legado romano, me habría gustado que en Elche se organizaran unas Lupercales estos días. Me imagino a los Lupercos persiguiendo a las doncellas por la Corredora y a éstas intentando esquivarlos corriendo hacia la Glorieta, libres ya de la asfixiante mascarilla, gracias a Júpiter, digo gracias a Pedro Sánchez.
No me digan que esto no habría animado el comercio local. Lástima que nuestros gobernantes sean más sosos que Gelasio I y, en vez de una buena fiesta romana con vino y sexo, hayan dejado el asunto en manos del concejal de Comercio, Felip Sànchez, quien ha organizado una (sic.) “acción comunicativa por el Día de los Enamorados”, con reclamos tan potentes como “Lo vi y me acordé de ti” o “comprar regalos en nuestras tiendas locales, eso es amor”. Les prometo, sin un ápice de acritud ni de maldad, que me imagino al concejal en un programa tipo “First Dates” luciendo tras su espalda esas frases tan impactantes.
“El comercio local pondrá toda la carne en el asador, recalcó el edil del área”, según recoge la web del Ayuntamiento de Elche. Qué símil tan desafortunado para un representante de un partido que ha defendido a Alberto Garzón en su ataque al consumo de carne y al sector ganadero. Quizás habría sido más apropiado decir que el comercio local pondrá toda la tinta en la impresora, ya que los carteles diseñados por el área de comercio han sido distribuidos “digitalmente”, es decir, que cada uno se tendrá que imprimir los suyos.
No se lo tome a mal, señor Sànchez. Las responsabilidades de gobierno conllevan las críticas de la ciudadanía. Yo espero que el tono de las mías no le hayan resultado molestas y, por si así ha sido, le dedico la última estrofa de la celebérrima canción de Ella Fitzgerald, “Funny Valentine”, a modo de felicitación de San Valentín anticipada: ”But don't change a hair for me/Not if you care for me/Stay little valentine, stay/Each day is Valentine's Day.
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