DEL PUENTE A LA ALAMENDA
Publicado en Diario Información el 8 de julio de 2023
Esperando
a Godot
Las cosas antiguas y bellas no se pueden calificar de
viejas. Nadie diría que las pirámides de Egipto, el Coliseo de Roma o la
catedral de Burgos son viejas. Del mismo modo hay obras literarias, películas e
incluso canciones que han soportado el paso del tiempo tan bien que se pueden
encuadrar en esta taxonomía de antiguas cosas bellas. Tal es el caso de una
canción que me viene a la mente de forma recurrente titulada “La flor de la
canela”. Esta tonada es un vals popular peruano que, para mi gusto, alcanzó
sus más altas cotas de excelencia en la interpretación que le dio la inmortal
María Dolores Pradera, acompañada a la guitarra por “Los Gemelos” (aunque para
los amantes de Sabina también hay una curiosa versión en la que ambos cantan
este tema a dúo con un magnífico resultado, a pesar de la gran diferencia de
sus registros vocales, o quizás por ello).
Quién no recuerda esa fabulosa estrofa en la que la “Gran
Señora de la Canción” se arranca con estos versos: “Del puente a la
alameda/Menudo pie la lleva/Por la vereda que se estremece/Al ritmo de su
cadera/Recogía la risa de la brisa del río/Y al viento la lanzaba del puente a
la alameda.” Uno cierra los ojos y se imagina a un caballero criollo con un
sombrero de ala ancha paseando junto a una belleza morena con “jazmines en el
pelo y rosas en la cara”, como dice también la canción, moviendo sus
voluptuosas caderas rítmicamente para goce de su enamorado y deleite de la
concurrencia.
Oigan la canción, por favor. Estoy convencido de que
les va a gustar. De hecho, mi recomendación es que escuchen el álbum, o la
“playlist” que se dice ahora, entero. Incluso que lo hagan abandonando la
lectura de este artículo, porque ya no voy a hablar más de apuestos caballeros
ni de preciosas latinas, sino de alamedas, bulevares y su repercusión en la
historia reciente y el futuro próximo de Elche, cosa harto más aburrida que lo
anterior.
Para entrar en materia, recojamos las acepciones de
“alameda” y “bulevar” en el contexto en el que pretendo fijar su atención según
el Diccionario de la Real Academia. Una alameda es, por extensión, un paseo con
árboles de cualquier clase. En el mundo podemos encontrar ejemplos de famosos
paseos de este tipo, uno de ellos está en España, en concreto en Sevilla: “La
Alameda de Hércules”, un paseo cuya creación se remonta al año 1574 y está
considerado como el jardín público más antiguo de Europa. Un bulevar es una
calle generalmente ancha y con árboles. El más famoso del mundo es, sin duda
alguna, los Campos Elíseos, en París; pero en España tenemos un ejemplo
arquetípico en el Paseo de Gracia de Barcelona.
En Elche, con el permiso y mi ruego de disculpas a los
expertos en urbanismo si cometo errores de bulto en una materia en la que no
estoy versado, tenemos tres grandes asuntos pendientes en esa materia: la
finalización de la ronda sur, la eliminación del mercado provisional de su
actual emplazamiento y el acondicionamiento de la zona en que está ahora
ubicado y la remodelación integral de la Avenida de la Libertad.
La ronda sur no es competencia municipal, aunque estoy
seguro de que el Alcalde moverá cielo y tierra para que la Administración competente
cumpla por fin con sus obligaciones. Para la resolución del segundo asunto, el nuevo equipo de
Gobierno Municipal ha dado un gran paso, asumiendo el proyecto existente de
Mercado Central (con algunas mejoras) y negociando con los placeros su traslado
a éste, de modo que se pueda retirar el mercado provisional de su emplazamiento
y acondicionar la zona, que en mi modesta opinión debería convertirse en una
gran alameda peatonal, en el sentido antes comentado, desviando el tráfico de
vehículos (salvo residentes, carga y descarga, etc.) por las calles adyacentes.
Centrémonos pues en la remodelación de la Avenida de
la Libertad. Para ello es necesario hacer memoria y explicar que el espacio que
ocupa en la actualidad era por el que transcurría la vía férrea entre Murcia y
Alicante hasta que, en 1972, siendo alcalde de Elche Vicente Quiles, se soterró.
Posteriormente, en 1980, bajo el mandato de Ramón Pastor, se proyectó y
construyó la calle que conocemos en la actualidad. Su diseño no es una cuestión
baladí ni casual; los políticos y urbanistas de la época no querían generar una
barrera similar a la que constituía la vía del tren, de ahí que intentaran
llevar a cabo una actuación que integrara la ciudad en su conjunto.
Sin embargo, esas buenas intenciones de los años
ochenta se han visto ya superadas por la realidad y urge imprimir un cambio
profundo a la Avenida de la Libertad, no por los que viven al norte de ella,
sino porque supondría un acicate para la ciudad de Elche en su conjunto. En esta
línea, el programa electoral con el que el Partido Popular concurrió a las
elecciones municipales hacía una interesante propuesta en la que se habla de
una primera fase de esta actuación entre el Puente del Ferrocarril y el
ambulatorio de San Fermín; es importante la puntualización de “primera fase”,
pues la puesta a punto de este importante vial, como decía anteriormente, debe
ser integral.
La propuesta del actual ejecutivo local presenta un bulevar con aceras más grandes, carril bici y espacio reservado para el tram junto con zonas verdes. Me parece una buena propuesta, aunque yo rogaría a los ingenieros y arquitectos que finalmente se adjudiquen la redacción del proyecto que se fijen en el ejemplo al que aludíamos del Paseo de Gracia; sería interesante que, en lugar de un espacio central, se habilitaran vías de servicio que facilitan las labores comerciales, de taxi, autobús e incluso del futuro tranvía sin entorpecer el tráfico, separadas de las aceras y de las vías principales por el arbolado. Creo que, superado el viejo tópico de los que vivimos “más arriba o más abajo de la vía”, esta actuación va a vertebrar la ciudad y supondrá la implantación de lo que ya existe en la mayoría de las ciudades: un casco antiguo peatonal dedicado a la restauración y el ocio y un eje de nueva centralidad comercial que vertebre la ciudad y nos una, mediante su conexión a la ronda sur, con Crevillente y la Vega Baja.